Cuando hablamos de pastillas para el sueño, las personas buscan la solución en estos medicamentos para poder dormir mejor o silenciar esos molestos ruidos de la ciudad que impiden un buen descanso. Sin embargo, estos medicamentos, no los puede tomar cualquier persona.
¿Por qué?
Finalmente, ninguno se aconseja tomar en forma automedicada sin la supervisión de un profesional de la salud, ya que puede provocar diversos efectos adversos. Entre ellos, la necesidad de requerir más pastillas para poder dormir o desarrollar un síndrome de abstinencia por la falta de éstos. La última encuesta de salud realizada en nuestro país señala que en un 63,2% de las personas, existe una sospecha de trastorno del sueño de algún tipo, siendo los más comunes el insomnio y la apnea.
¿Cuándo están indicadas estas pastillas?
Cuando las personas tienen insomnio, o cuando, en algunos casos, ellas están pasando otros problemas de salud, donde el buen dormir es clave, como en los cuadros de ansiedad, ataques de pánico o depresión.
Las opciones que se ocupan son las benzodiacepinas como clonazepam o clotiazepam, que se conocen a veces por su nombre comercial como ravotril o rize, o las drogas Z como zolpidem o las zopiclonas. Todas ellas, donde su condición de venta es receta retenida. Hay otras opciones como la melatonina, que ha tomado fuerza en el último tiempo, porque se habla que es una opción natural, aunque no lo es, su condición de venta es presentación de receta simple, pero que en la mayoría de las veces se vende en forma directa.
Entonces en la gran parte de los medicamentos para dormir se necesita una receta prescrita por un médico por un periodo acotado y una cantidad determinada, y validada en las farmacias por un químico farmacéutico.
Estos medicamentos cuando están adecuadamente indicados generalmente se usan por periodos cortos, de algunas semanas, y en algunos casos pudiesen administrarse por algunos meses, pero su posología no está indicada en forma crónica. No sólo por sus efectos adversos relacionados a su tolerancia o suspensión, sino que también se ha observado, sobre todo en personas mayores que pueden aumentar el riesgo de problemas asociados a nivel cognitivo, de la memoria o un aumento del riesgo de demencia.
Lamentablemente, también vemos otros problemas, como el caso reciente de un hombre que quedó con prisión preventiva, por usar estas pastillas para el sueño, para abusar sexualmente de una mujer. Donde cada cierto tiempo somos testigos, de cómo se ha usado para el robo de pertenencias o secuestro. Muchas veces se mezclan estos medicamentos con alcohol para potenciar los efectos o enmascarar su presencia, lo cual es importante, siempre que las personas estén alertas a evitar recibir alcohol o líquidos de personas extrañas o consumir en locales no autorizados.
Otra problemática que se asocia a estos medicamentos es que están dentro de los principales grupos de fármacos que están asociados a intoxicaciones, no tan sólo accidentales, sino también por intentos de suicidios. Es así como el CITUC el 2017 identificó que el mayor agente utilizado para intento de suicidio fue el clonazepam entre los escolares y adolescentes con un 15% de los casos, algo que lamentablemente sigue hasta el día de hoy, ya que hemos visto como el mismo medicamento se ha utilizado en retos de redes sociales como Tik Tok, hasta que los estudiantes pierden la conciencia y algunos lamentablemente han fallecido.
Sin duda, estos medicamentos cuando tenemos un problema real y objetivado por un médico, resulta ser una solución, pero cuando las personas se automedican o los adultos los dejan al alcance de los niños o de los adolescentes, se puede convertir en un arma tan letal como un arma de fuego.